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sábado, 27 de diciembre de 2014

Adelgazar comiendo como un rey


Leí un artículo sobre el cocinero David de Jorge, quien adelgazó 130 kilos en dos años con balón gástrico y dieta. Me hizo mucha gracia cómo redactó sus 20 mandamientos:

1. Quiérete mucho. Lo que los demás piensen de ti te la trae floja.
2. Ahora lo más urgente es no tener prisa. Tardaste en engordar, ten paciencia para adelgazar.
3. Busca la comida fresca, la tranquilidad y la alegría.
4. Aléjate de la gente tóxica, haz tu contabilidad y rodéate de los que merecen la pena. Si tu entorno es un caos, cámbialo.
5. A veces no hay respuesta en tus kilos. Acéptalo y avanza en tu objetivo de bajar peso.
6. Sonríe, hay problemas peores que el tuyo. Date un voltio por un oncológico y alucinarás en Cinemascope.
7. Eres caprichoso, sí. Pon más lonchas de jamón en el bocata y olvídate de untarle mahonesa.
8. Eres finolis, sí. Cómete la cereza del pastel y no el pastel.
9. Eres paciente, sí. Espera con más calma a que todo el mundo se sirva en la mesa.
10. Eres participativo, sí. Comentando lo rico que está todo lo que comes y bebes.
11. Eres enamoradizo, sí. Vive con más intensidad para que cualquier emoción doble tu consumo de oxígeno.
12. Desconfía de quien nunca se dio el gustazo de comportarse en la mesa como un animal. De esa forma averiguas tus límites privados y la delgada línea que separa al gourmet del zampabollos.
13. Huele los alimentos, olfatea, disfruta de la textura, del aroma. Cierra los ojos y guíate con la boca. Paladea todo con agrado. Busca tu gusto. Siente. Observa. Recuerda. En lugar de reducirte, amplía. En vez de tragar, mastica.
14. Una vez iniciado el proceso de alimentarte con sentido común, parecerá que comes por primera vez y te convertirás en una tabla rasa. Lo borras todo, no hay registros. Todo sabe increíble. No encuentras antecedentes en el archivo y decidirás si te gusta. Gozarás con todo lo que te rodea. Te divertirás como nunca comiendo.

15. Desayuna por encima de todas las cosas. Sí, D-E-S-A-Y-U-N-A. Es la mejor comida del día, la raíz que permite que tu árbol esté vivo, tenga ramas y hojas y crezca sano. No te lo saltes por nada del mundo. Come algo a media mañana, almuerza, merienda y cena temprano. Dormirás como un cartujo. Métete con un poco de hambre en la cama y experimenta la sensación gozosa de amanecer con apetito. Cambia tu rutina y tus malos hábitos y no podrás escapar de este bucle saludable.
16. Cocinar es la mejor inversión a largo plazo que podrás hacer para ti mismo y los tuyos. En cada gesto se nos va la vida. Cúrratelo para que merezca la pena.
17. Encuentra las recetas que te permitan vivir mejor
18. Controla tu peso. No pierdas nunca el contacto con tu báscula. J-A-M-Á-S.
19. Si sumas resta. Si restas, date un premio. Ayer cené carne asada y patatas, tomé pastel. Perfecto. Mañana come ligero, fresas de postre. Esta semana bajé un kilo. ¡Eres un titán! Date el gustazo y cómete algo emocionante, el chorizo de Pamplona en bocadillo es lo más.
20. Haz ejercicio. D-E-P-O-R-T-E. Camina. Nada. Monta en bici. Pasea. Corta el césped. Poda el seto. Anda por la orilla de la playa. Folla más con tu pareja o con la vecina o con tu compañero de piso o, mejor, con todo el equipo de waterpolo. Saca el perro a pasear y que vuelva sacando la lengua. Pero mueve el culo y gasta la zapatilla. Suda y sufre un poco, mamón. O mamona.
Y un dogma de fé
Si eres obeso, busca ayuda profesional para acabar con esta pesadilla. De este lío no saldrás solo. Échale valor; si te lo propones, puedes. Tendrás que currar como un caimán, pero volverás a nacer. Recobrarás las ganas de vivir. Volverás a respirar por la nariz. Saltarás de la cama con las pilas a cien. Si te olvidaste de ti mismo por demasiado tiempo, da igual. Eres obeso, ¿no?, pues necesitas un médico. Sí, un M-É-D-I-C-O. Repito, un M-É-D-I-C-O. Levanta el culo del sofá, búscalo y hasta la victoria, vencerás. 


miércoles, 17 de diciembre de 2014

Fantasea... (y me puse un kilo encima)



Hoy no quiero hablar de mi porque me puse un kilo encima esta semana y estoy enfadada.

Pero he leído un artículo interesante y lo quería compartir con vosotros. Es sobre un truco para controlar los antojos (podéis leerlo aquí). Yo esta semana he sucumbido a varios antojos: comí bombones, tarta de chocolate, batido de chocolate y patatas fritas. No todo el mismo día, claro. La buena noticia es que todo me sentó bien y mi vesícula respondió como una campeona, como si aquí no pasara nada. Bueno, dije que no quería hablar de mi así que mejor os cuento lo del artículo.

Así me he quedado esta semana: como el niño que se tiró al río de la fábrica de Willy Wonka

Éste es el truco: "La solución no es dejar de pensar en los pasteles, sino todo lo contrario: fantasear sobre ellos. En un estudio de la universidad Carnegie Mellon comprobaron que los sujetos que se imaginaban comiendo ese helado o chocolate, con todos los detalles, después sentían menos deseo de comerlos de verdad. Imaginarse la comida proporcionaba al cerebro casi las mismas respuestas físicas y emocionales que la comida real, pero sin calorías.
Así que antes de levantarte a hablar con la nevera o la máquina de chocolatinas de la oficina, cierra los ojos y deja que tu mente se deleite con la imagen de la comida prohibida durante unos minutos. Verás cómo se pasa."

¿Qué os parece? ¿Lo probamos?


domingo, 7 de diciembre de 2014

Perder peso en público y Oprah


Soy muy fan de Oprah Winfrey.

A veces buceo en internet buscando programas suyos que no haya visto antes. El otro día encontré uno muy interesante titulado algo sí como "perder peso en público". Son entrevistas muy cortitas con mujeres famosas que han perdido mucho peso y han estado en boca de todos cuando eso ha sucedido. 

Son Valerie Bertinelli, Marie Osmond y Star Jones. Marie Osmond, por ejemplo, cuenta que sólo fue consciente de que tenía un problema cuando su hijo mayor le dijo que todos los hermanos se habían reunido (son 8) y habían decidido que tenían que decirle la verdad: que la querían mucho tal y como era, que estaba guapa como quiera que estuviese, pero que se estaba jugando la salud y que si seguía por ese camino iba a tener un infarto cualquier día (el mal que aqueja a casi toda su familia). Eso fue lo único que le hizo cambiar el chip y tomárselo en serio.

En lo que todas coinciden es en que no hay que hacer dieta sino cambiar de hábitos y en que el ejercicio es super importante (tomo nota...).

Aquí os lo dejo, por si lo queréis ver. Son unos 40 minutos y es en inglés.


jueves, 4 de diciembre de 2014

Catching Kayla. Un chute de motivación


Está en inglés. No sé si existe una versión subtitulada pero os recomiendo que la busquéis si no sabéis inglés. La historia es impresionanate y una (una como yo, por ejemplo) simplemente se siente del todo ridícula quejándose por no poder hacer unas cuantas abdominales cada mañana o salir a caminar dos horas a buen paso un par de veces por semana.

No digo más. Mejor ved el vídeo.


lunes, 24 de noviembre de 2014

Cómo Chris Dancy perdió 45 kilos


Hace unos días Chris Dancy estuvo en Madrid así que después de su visita, como suele suceder, salieron varias entrevistas y artículos sobre él en la prensa española. Chris Dancy es, supuestamente, el hombre más conectado del mundo. Utiliza muchísimas aplicaciones y aparatos tecnológicos para recoger datos, seleccionarlos y analizarlos.

Me dio curiosidad que hizo una crítica sobre cómo la gente suele usar la tecnología, como para hacerse selfies o poner que han caminado 5 kilómetros o que han tomado una cerveza con su amiga Maripili. Según él, todo eso no sirve de nada porque es efímero y no nos aporta ninguna información valiosa para cambiar y mejorar nuestra vida. El otro dato que me dio curiosidad fue que dijo haber conseguido perder 45 kilos gracias a la tecnología y a su afición (o más bien obsesión) por la recogida de datos.

Así que busqué más entrevistas hasta que encontré una en lo que explicaba cómo lo había hecho:

Durante tres años se dedicó a recoger datos sobre sus hábitos. Usaba un contador de calorías, registraba su ritmo cardíaco, su presión arterial y sus niveles de glucosa y colesterol, calculaba sus horas y calidad de sueño, tomaba nota de con quién estaba y cómo se sentía cada vez que comía y de qué comía y en qué cantidades.


Después analizó los datos recogidos en esos tres años buscando patrones. Se dio cuenta de que se relacionaba con mucha gente tóxica, que él creía que eran buena gente pero en realidad le estaba perjudicando. Era gente con la que bebía de más, dormía de menos, comía peor y, en general, le generaban hábitos no saludables. Fue comprendiendo que debía dormir más y mejor, en un horario regular, madrugando, que debía dejar de fumar y hacer ejercicio. Y, por supuesto, también aprendió qué le convenía comer y beber y qué no le convenía. 


Así fue como perdió 45 kilos y no los ha vuelto a recuperar porque, básicamente, ha hecho un cambio de hábitos en el que da mucha importancia al cambio en sus relaciones.





lunes, 10 de noviembre de 2014

Invencible (o no)


He vuelto del viaje y podría decir que he superado la prueba, pero no estoy segura. Me explico: me fue relativamente fácil encontrar comidas aptas para mi dieta. Las que no fueron aptas me sentaron de maravilla. Esto era algo que me preocupaba: que si algún día tenía que comer algo fuera de mi dieta, me sentara mal, porque eso pasa mucho con las piedras. Uno de mis primeros síntomas fue que la comida me sentaba mal y tenía digestiones pesadas. Pero no. Comí pasta y arroz (como para no catar la paella estando en Valencia...) y todo me fue bien. Tomé muchas infusiones, nada de azúcares y casi nada de carne.

Pero hoy vuelvo a casa, me peso y resulta que he subido un quilo enterito... Y pienso: con lo lento que voy bajando, si en 4 días he subido un quilo y la semana que viene tengo otro viaje de 4 o 5 días en el que puedo subir otro quilo sin darme cuenta, ¿lo habré tirado todo por la borda?

Prefiero no pensarlo y motivarme leyendo historias de éxito, como ésta: Tras bajar 68 kilos, una mujer que hizo dietas toda su vida ahora se siente invencible. Mirad lo que dice:

"Pasé 30 años de mi vida pensando que si tan solo pudiera bajar de peso, entonces podría empezar mi vida, entonces formaría parte del equipo de animadoras, entonces podría tomar esas vacaciones, entonces conocería al hombre de mis sueños, etc.", dijo Durrant. "Nunca sentí que yo fuera suficiente".

"Antes, si comía un alimento que no era de dieta, pensaba que lo había arruinado todo y dejaba de hacer cualquier dieta que estuviera haciendo", dijo Durrant. "Ahora sé que puedo darme un gusto ocasionalmente, asistir a celebraciones, ir a restaurantes... porque he aprendido a elegir alimentos saludables a donde quiera que voy".

Y miradla a ella: