El por qué de este blog

Esta entrada es mitad desahogo y mitad advertencia. 

 

Acabo de activar la moderación de comentarios y, a partir de ahora, voy a censurar todos aquellos que por algún motivo no me parezcan adecuados.

Sí, he dicho "censurar". Ya sé que no es políticamente correcto, pero éste es mi blog y hago con él lo que me parece.

Uno. Las autodenominadas "princesas" (anas, mías, etc) no sois bienvenidas aquí. Últimamente me han visitado (y comentado) chicas que comen menos de 600 calorías al día. Si queréis mataros, adelante, pero no busquéis complicidad en mi blog.

Dos. No necesito que me juzguen. Me podéis dar los conejos que os parezcan oportunos y yo lo seguiré o los descartaré, pero no perdáis la educación, no insultéis y, sobre todo, no deis cosas por sentadas tras haber leído un sólo post de este blog. Leed mi presentación, la explicación de la dieta, la evolución del peso, y unas cuantas entradas para saber de qué va esto, cuál es mi historia y cuál es el camino que voy recorriendo.

Tres. El registro de lo que tomo a diario es una herramienta que me sirve para tomar consciencia de lo que estoy haciendo; podría perfectamente hacerlo de forma privada, pero lo hago públicamente por si le ayuda a otras personas a reflexionar sobre sus propios hábitos alimenticios. Como dije antes, no necesito que me juzguéis. Si no sois lo suficientemente maduros como para discrepar de forma educada, tampoco sois bienvenidos aquí. Punto.

Cuatro. La limpieza del colón es algo que me parece tan fundamental (o más) como la limpieza buco-dental. Empecé a hacer enemas por prescripción médica y he experimentado sus múltiples beneficios. Sé que mucha gente está en contra, que mucha gente no está bien informada yq ue mucha gente hace un uso abusivo de esta práctica. Es una discusión en la que no voy a entrar.

Quinto. Nadie está obligado a leer este blog, y mucho menos a comentar en él. Si no te gusta, no entres. Es muy simple.