martes, 11 de septiembre de 2012

Motivos (erróneos) para comer


Me he estado auto-analizando para ver qué es lo que hago mal y que me ha hecho ganar peso durante ocho años seguidos. La conclusión es que como por los motivos equivocados. Aquí van algunos de ellos:

-Como por ansiedad, estrés y depresión. ¿Que tengo un mal día? Lo compenso y pienso que me relajo comiendo. ¿Que tengo una pelea familiar/laboral o de otra índole? Me concedo algún dulce. Y así sucesivamente.

-Como por aburrimiento. He comprobado que los días que estoy atareada y, sobre todo, si estoy ocupada con cosas que me apasionan, me pasa el tiempo sin que me de cuenta y el hambre no aprieta. Pero cuando estoy aburrida, ya sea por falta de actividad o por falta de motivación ante la actividad que esté haciendo, entonces lo más probable es que acabe atracando la nevera (o, peor aún, la chocolatería de enfrente).

-Como para celebrar. ¿Que tengo un buen día? Me regalo una "buena cena". ¿Qué tengo un ingreso imprevisto? Invito a la familia a comer fuera (y eso, normalmente, implica comer de más y no especialmente saludable). ¿Qué es mi santo? Me regalo una tarta de chocolate.

-Como por la socialización. Esto no me pasa sólo a mi. Es algo que pasa mucho en España, que socializamos a través de la comida. ¿Que quedas con alguien? Cafelito y pasta o, peor, a comer o cenar de tapeo. ¿Que son las fiestas del pueblo? A cada paso te van a estar ofreciendo pastas y alcohol.

Así que he decidido poner remedio a estos motivos erróneos por los que a menudo como en exceso y mal. Y vosotros, ¿por qué coméis?




El 11.09.2012 tomé:

-un batido de avena con cacao
-un café solo con dos terrones de azúcar
-un vaso de leche de coco con cacao
-dos chuletas de cerdo a la plancha
-huevos rellenos (3 mitades)
-un café solo con dos terrones de azúcar
-un melocotón
-arroz con proteína de soja (también pondré esta receta)
-3,5 litros de agua
-suplementos: espirulina, cáscara sagrada y equinácea
-enema: no
-ejercicio: sí (una hora de caminar)
 
 

2 comentarios:

  1. Yo como porque cocino de putísima madre, ja ja ja.

    No, ahora en serio: cuando estoy concentrada en algo que me gusta, apenas pienso en comer. Una vez recuerdo que empecé a hacer un trabajo que me entusiasmaba. Era por la mañana, y de repente se había hecho de noche y no había comido nada en todo el día. ¡Yo!

    Ese es el motivo básico por el que yo como.

    También a veces ni me doy cuenta de que estoy comiendo, de tan distraída que lo hago (ahí ya hay un poltergeist o algo, porque ya me explicarás... comer sin siquiera enterarme, ya me vale a mí).

    Y normalmente, los buenos comedores también son buenos cocineros, ja ja ja, aunque antes lo dijera de broma.

    ResponderEliminar
  2. Pues yo soy pésima cocinera, así que no sé a santo de qué he salido tan buena comedora.

    Lo que no sé es si no me gusta cocinar porque lo hago mal, o si lo hago mal porque no me gusta...

    Lo de comer sin darse cuenta también es un peligro. Yo odio comer viendo la tele porque entonces sé que me paso seguro.

    No sabes cuánto te agradezco tus comentarios, eso ayuda mucho a seguir!!

    ResponderEliminar